Hay lenguajes que no necesitan palabras. El cuerpo habla en susurros: un nudo en la garganta, un peso en el pecho, un temblor en el estómago. Cada emoción dibuja un territorio, y cada territorio es una pista hacia nosotros mismos.
Este video de Estanislao Bachrach abre la invitación a escuchar esos signos invisibles. Porque sentir no es un error: es un modo de saber. Y cuando nos animamos a leer el cuerpo como mapa, descubrimos que ahí, justo debajo de la piel, late la verdad de lo que somos.